domingo, 31 de mayo de 2009

Hay soledad

En lo que puede parecerse al estiramiento de un brazo para que su mano pueda alcanzar un objeto, o a una carrera de nunca acabar, o a un pensamiento detenido en el silencio, me encierro a leer, en absoluta soledad, sí, la soledad puede ser absoluta, puede ser de uno, pese a la compañía de las palabras, quizá, solo quizá haya alcohol, cigarrillos seguro, y me desprendo, me desprendo en expresiones que poco a poco aprenden a no callar (tanto que al rato comienzan a exigir) y veo que partes de mí comienzan a flotar por la habitación vacía, componiendo a la soledad (la vuelvo a descubrir y tiemblo) para, en un abrir y cerrar de ojos, regresar a su todo, a mí, a la casa, a la soledad, que es tan absoluta.

1 comentario:

Franz dijo...

Empatizo totalmente con lo que escribiste amigo mio.. Es cierto tambien que la fascinacion, el asombro y la contemplacion son buenas companias en esos momentos solitarios frente a las obras de arte, sean libros o piezas para piano, cuadros o esculturas. Es casi risoria la frustracion que sobreviene al no tener alguien cerca para contarle, jaja. Te mando un abrazo.