viernes, 3 de abril de 2009

El anti-neoliberal

La última reunión del G 20 hecha en Londres me trajo ciertas dudas, despertándo al anti-neoliberal que hay en mí.
Si bien la reunión fue considerada como 'correcta' por la mayoría de los analistas, principalmente porque se creó un paquete de medidas (hasta ahora pendiente), no me cierran las siguientes tres cuestiones:
Primero, que el beneficiario último sea, siempre, el mercado. En este caso, abrazando medidas contra la crisis, en pos del beneficio del mercado.
Segundo, que se ataque tanto a las entidades financieras no bancarias y a la vez se otorgue tanto poder a las entidades internacionales, FMI y BM, sin pensarse antes en un posible ataque al sistema financiero en sí. Me parece que la regulación financiera debió contemplar varias autocríticas antes de llevarse a cabo este fortalecimiento.
Tercero, los intentos de fortalecer al Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, emblemas de la economía de la guerra fría y el último gran avance del liberalismo. Acaso la única medida sobre su modificación sea la mayor relevancia que se le facilita a los países en desarrollo. Pero eso habría que verlo para creerlo. En fin, desde Latinoamérica, y con la experiencia de relaciones pasadas con estos organismos, confiar de nuevo tanto en su capacidad crediticia (ahora más en debacle que nunca) como en su intervención en economías como las nuestras resulta, cuanto menos, difícil. Muy difícil.

No me ha parecido una cumbre horizontal: creo que, de los 20, mandaron 7: las potencias.
Y, lo que me resulta más importante aún, en vísperas de la 'creación de un nuevo orden económico mundial'... todavía huele a neoliberalismo.

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