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Hoy quiero ser literal. Y quiero hablar del poder de la voz de la mujer en este mundo social donde cada vez se abren más prespectivas diversas y extremas; la voz femenina que quiere tanto hacerse oír, que tanto ha luchado por eso, y que lo ha logrado con mayor exito en las voces de sus grandes representantes: las mujeres cantantes.

Considero que, si se quiere caer en la maldita lógica de comparación, como siempre se hace (y no deja de ser una fácil manera de ejercitar la división, quizá el primer concepto con el que debería romperse) la voz femenina no ha tenido mejores espacios de divulgación que en el de sus cantantes. No hay manera de que una voz masculina supere a una femenina cuando se trata de cantar. La delicadeza, los tonos, la imanencia que producen: un encanto mágico, intenso, puro.

Aquí la belleza estética de la musica vocal, quizá en lo mejor que mi oído ha tenido el placer de admirar.

Las que le dieron voz al Jazz y al Rythm and Blues, Bessie Smith, Carmen Mcrae, Sarah Vaughan, la atípica Odetta. Y las insuperables, increíbles, atrapantes como doncellas, Ella Fiztgerald y Nina Simone.
Del Soul Aretha Franklin y Roberta Flack, del Gospel Mahalia Jackson.
Las provenientes del Rock y sus fusiones, Janis Joplin y Blondie, y las que amasaron los incios alternativos, Grace Slick, Patti Smith y Kim Gordon.
Las interminables Madonna, Gloria Gaynor, Tina Turner, Olivia Newton Jonh, Liza Minelli.
Las clasicas Jolie Holland, Donna Summer; las que cambiaron el Country, Linda Ronstadt, Shania Twain, Faith Hill, Y las recientes, Amy Winehouse, Dido, Norah Jones y Macy Gray.

Hasta acá soporta mi memoria...
Así celebro el día internacional de la mujer.
Gracias por la música.