Existen serias acusaciones contra el gobierno por parte de determinadas figuras de la oposición.
Pero hoy no quiero quedar bien con nadie, así como tampoco quiero defender o criticar. Sólo procuro pensar qué tipo de oposición es, qué función cumple exactamente, qué fin persigue y a quiénes representa. Se propone, en esta ocasión, pensar el lugar de la oposición, un lugar que parece no encontrar lugar.
¿Puede llamarse 'oposición' a este conjunto heterogéneo de personas que transitan de canales de televisión al congreso, pasando por marchas en las plazas? Por empezar, sería incorrecto considerar sólo a personas: deben analizarse los partidos; pues la buena salud de la democracia necesita de un bloque político ajeno al conjunto estatal, no sólo para participar criticamente, sino incluso constructivamente.
Max Weber construye dos tipos ideales de partidos que me son útil aquí como perspectiva:
- Los partidos que funcionan para patrocinar cargos públicos, siendo su principal objetivo llevar a sus principales representantes políticos a los lugares de más relevancia jerárquica. Estos partidos se identifican, además, por carecer de un porgrama propio, por lo que se mueven exclusivamente mediante la intención de capturar votos.
- Los partidos de ideología, que se proponen implantar ideales de contenido político, por lo que se mueven mediante la aplicación de valores partidarios propios.
Si bien Weber dice que en general los partidos suelen ser ambas cosas a la vez, para analizar los partidos de fines de siglo XX es necesario ser "flexible", sobre todo en consideración a los valores ideologicos que defienden los partidos.
Junto con esta idea weberiana, propongo una segunda idea, para aplicarse al tema actual: existe un desconcierto que se desprende del modo de actuar de un sector social en particular, la clase media porteña, que conlleva la dificultad no menor de saber de qué modo pensarla políticamente, esto es, de modo práctico políticamente.
Partiendo entonces de este desconcierto que provoca un sector rebelde (la metáfora de "Isla" para este sector de Alberto Fernandez resulta propicia) podemos considerar que la labor de la oposición es capitalizar sus manifestaciones públicas cuando éstas son negativas con respecto al gobierno. Esto puede verse en los personajes opositores: el intento de capitalización se genera mediante el discurso crítico (conspirativo de Carrió - consternado de Macri - duro de Bussi - crítico de Binner - reactivo de Cobos) y no mediante ideas o propuestas; estos parecen ser cimientos demasiado fragiles para sustentar el bloque opositor. La posible idea de un sector 'en potencia' anti-kirchnerista como puede ser la clase media porteña parece no querer ser formada, y esto puede atribuirse a su falta de afiliación a cualquiera de los representantes de la oposición.
Trayendo el concepto weberiano, el análisis que puede hacerse acerca de ésta escasa afiliación (no confundir con militancia) nos lleva al resultado de una escasa tradición partidaria, que aporte ideología y contenido político. Pues al fin y al cabo, la Coalición Cívica, el PRO son partidos jóvenes que luchan dentro de un juego con reglas antiguas, fundado en un sistema partidario demasiado lastimado por golpes de estado. El radicalismo, el único partido que puede hacerse de un siglo de valores políticos, todavía la tiene difícil en cuanto a reconstrucción de caos post-Alianza. Y el socialismo parece lejano, en distancia y en preocupaciones: desde Santa Fe Binner sólo se preocupa por su provincia y sólo por lo que a ésta le concierne.
Y esto queda al desnudo cuando lo unico que se hace es criticar. Criticar para capitalizar: defenestrar para sumar apoyo. Se han borrado ciertos límites, hasta el punto de producir discursos opositores apropiandose de valores contrapuestos y exeder límites morales (de sentido político) como sucedió en el conflicto con el campo.
Porque parece que toda oposición actual sólo se mueve, como el tipo ideal de partido político según Weber, por la intención de capturar votantes. Y no afiliados, para lo que se necesita contenido político. La falta de definición de los representantes, y con ello, de sus partidos, ubica a la oposición en un lugar que no tiene ubicación, pues no cumple función social ni política alguna.
Como si esto fuera poco, el año que viene se vienen elecciones. Advierto: se avecina batalla campal. Todo sea bienvenido, siempre y cuando sea dentro del marco de las instituciones democráticas y su respeto.
Concluyo entonces: Parecen ser las personas las que conducen a los partidos de la oposicion, (éstos se abocan a ellos según su modo de actuar) y no los partidos los que conducen a las personas. Entonces el intento de la oposición no se fundamenta en la construcción propia, sino en la decadencia del otro.
martes, 4 de noviembre de 2008
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4 comentarios:
Mepa que es una "encubierta defensa del kirchenirsmo" che.
Con respecto a que la oposición se dedica a agredir y no a construir, te recuerdo que Kirchner creo su "poder" de la forma mas antigua y conocida: creando enemigos mediante su defenestración y luego los vence (Menem, La Iglesia, el ejercito).
Creo que son mas perversos que la oposicion, pues traicionan sus propios valores (ya que como vos afirmas el Pro y la c.c son partidos nuevos y por lo tnto carentes de "fundamentos teoricos") haciendo exactamente l que Peron jamas hubiera. Asi que creo que, si bien coincido en las criticas, agregaria que el gobierno tiene la oposicion que se merece: patetica como son ellos.
Son las nueve de la mañana y estoy muy dormido pero intento esbozar algún tipo de aporte ya que me parece muy interesante lo q decís Martin.
Yo creo que tenés razon, o mejor dicho Weber, en que los partidos son una mera maquinaria de captacion de votos. Con los 23 años que tengo en la tierra y unos 13 de conciencia politica y social mas o menos, puedo decir que siempre los vi de esa forma, y me parecería extraño ver un partido mayoritario y uno o dos opositores dando batalla sin culpar, traicionar, defenestrar o tomar ventaja sobre el otro. Nuestra política argentina carece de contenido social por lo tanto lo que queda es la política y la economía, y en el medio el poder, ese que todo "peroista", "post radicalista" o declarado derechista quiere y ansía con tanta hambre que sería capaz de hacer cualquier cosa para mantenerlo o para arrancar un pedacito y salvarse individualmente.
Viendo las elecciones de los estados unidos uno se pregunta si no sería posible campañas de ese estilo, con debates cara a cara, donde se argumenten y contraargumenten los hechos de uno y otro partido, donde existen dos partidos que siempre se dan batalla. Creo que tiene un poco mas de sentido de esa forma, pero viendo los resultados ahí el pueblo si esta ejerciendo su voto y es por eso que tuvimos al mando del poder mayor dos veces consecutivos al peor de los Bush (también a su papá unos años antes). Por lo tanto...aparte de esta falta de oposicion que no encuentra ni siquiera un lugar para ejercerse es posible que algo salga del pueblo?
es posible formar una "contrahegemonía" desde las bases? No nos vemos en la misma situación en las facultades, hospitales, colegios y demás empleos...alguien hace algo? a alguien le interesa? o la vida pasa por una especie de resignación política en donde son los otros los que toman el poder y hacen lo que quieren porque nosotros no somos ni capeces de formular un crítica, un pensamiento colectivo, social y popular.
Ya no existe el Peronismo, ya no existe el Radicalismo, ni hablar de comunistas y socialistas, sólo existen arrivistas que ponen de escudo a la cara de Perón (miles de ellos, casi todos) o algunos mas reaccionarios como este nuevo Macri político-empresario apoyado solo por el marketing. Eso es lo que nos queda?
Y hasta acá llegue, sin respuestas, soló con preguntas sin definir...
salút!
Querido Lalo,
Gracias por tu opinión.
Por empezar, el análisis estuvo centrado en la oposición, como se aclara al principio. En adelante habrá exposiciones acerca del poder, de su construcción y de cómo el actual gobierno lo ejerce.
Sin embargo no me quedaré sin responder, por mas que sea breve.
Sería interesante analizar cómo construyó Kirchner, desde la oposición, su llegada a la presidencia. En tal caso, siguiendo tu opinión, si de hecho actuó de modo similar a la actual oposición (esto es: agrediendo y no construyendo), podría hacerse un análisis que profundizara en un 'proceso' y no un 'período' como lo hago yo en el artículo. Sería bueno y quizás hasta es posible arriesgar una hipótesis posible: La oposición no logra consolidarse en partido ideológico como consecuencia de las políticas personalistas del menemismo y de la Alianza.
Por último, y en referencia a tus palabras finales: el gobierno tiene su lugar y ubicación; la oposición no. Por lo tanto, no tiene demasiado de que preocuparse ante una oposición como la actual.
Ante tus palabras, sólo puedo decir una cosa, freak Out:
Sólo queda participar.
Así y sólo así puede uno abandonar ese espacio de inactividad y empezar a sentir que las cosas se pueden transformar.
Un abrazo, mi estimado.
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