miércoles, 26 de noviembre de 2008

Fusión

La gestión puede definirse como el procedimiento de adecuación de recursos de cualquier índole a aquellos fines para los cuales han sido recabados los recursos.
Un gobierno, desde el Estado, gestiona. Es una de sus principales funciones; luego del período de postguerra fue configurándose cada vez más en ese sentido. Por lo tanto, la gestión es un aspecto fundamental a tener en cuenta para el análisis crítico de la acción de un gobierno.
Movilizado por ésta idea de gestión, entonces, me senté a escribir.
Lo primero que quiero rescatar es un punto que parece cruzar el campo político argentino a partir de la recuperación de la democracia, y es: la subordinación de lo político a lo económico.
Por momentos me sorprende lo sensible que puede ser el éxito político de un gobierno con respecto su éxito económico.
Como en un proceso de acercamiento conveniente, las dos esferas se fueron moviendo con tendencia a fusionarse; el contexto internacional empieza a mostrar que esta tendencia es general: los gobiernos empiezan a pensar la política como la aplicación de un modelo económico particular. Descato el carácter conveniente pues me parece que el juego de fusión lleva adelante un ambigüo sentido que no se termina por definir: la política necesitó de la economía para sonsacar y resolver cuestiones económicas que fueron adquiriendo trascendencia dentro de lo social, y la economía necesitó de la política para ocupar el lugar necesario para su aplicación. De la determinación empiezan a depender los resultados; y en la determinación es donde lo económico ha ganado preponderancia, dejando a lo político en un lugar apartado, quizás importante sólo por su funcionalidad: lo político como el espacio a ganar para la aplicación de la gestión.
En el nuevo paquete de medidas anunciado por el gobierno se puede ver de qué manera su gestión está atravezada por el aspecto económico. Sin duda que existe un contenido político, un respaldo ideológico, una intención particular; sin embargo, todas las miradas están puestas en su determinación económica.
Esta exigencia explica en gran parte la preocupación por la determinación; con sólo recordar cuáles fueron los puntos de ruptura que vivió nuestra democracia - el '89 y el '01 - podemos comprender de qué tipo son las demandas que la población requiere.
Quizás debamos ir un poco más allá, un poco más adentro, un poco más cerca, para poder comprender de qué se tratan los determinantes que la economía propone y la política practica.

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